martes, marzo 01, 2011

A ver si te dejás de llorar que me tenés podrida!

Si.

Mega-post.

Decidí ponerme hablar de este tema tan sensible que son las relaciones, no porque yo sea una grosa y me crea Alejandra Rampolla, ojo, sino porque yo tampoco entiendo una goma. Quizás, si planteamos todo desde afuera, con otra perspectiva, podamos entender todos porqué estar en pareja es semejante quilombo.

Ante todo quiero que sepan que yo no pretendo enseñarle nada a nadie, no sólo porque mis capacidades educativas son casi tan buenas como un castor tejiendo un pulóver, sino porque mi paciencia es inexistente.


Lo puse en joda y existía en serio xD... copado!

El título, además, es obviamente una frase que más de una vez me la dije a mí misma. No, no es que esté más loca que la mayoría de la gente (aunque existen muchas probabilidades), sino que de vez en cuando la auto-puteada viene muy bien, y te ayuda a dar ese pasito extra, ese empujoncito que necesitás para despertarte del sueño problemático que estás viviendo. Y… mientras funcione.

Porque enfrentemos el primer problema que somos nosotras (y que abre este post): un quilombo.

Sos un quilombo

Y si, sos mujer, bienvenida.

Sinceramente, yo no soy el ejemplo. Crecí en una escuela mixta, donde éramos 4 mujeres con 25 hombres, y no faltó mucho hasta que me di por vencida y empecé a jugar al fútbol en los recreos.

Tampoco faltó mucho para que me echen regularmente de esos partidos, porque aparentemente la violencia innecesaria era mucho para los muchachos.


A ver si dejás de lloriquear y aprendés a pasarla, comilón!

Hija única, caprichosa, con la mecha cortita (un fosforito diría mi mamá), pero siempre traté de no sobre-analizar las cosas y llevarlas hasta lo más simple cuando se trataba de problemas. Motivos de sobra para llevarme mejor con la mente básica masculina que con las chicas, huracanes de quilombos.

Es por esto que muchas veces no termino de entender a mis amigas y no me siento completamente identificada. Un problemita. Igual de esto te das cuenta quince años después, cuando estás rodeada de monos peludos sudorosos jugando al Fight Night en la Xbox tomando cerveza pasándola bomba y tu única amiga te llama para ver si querías pintarte las uñas. Que uñas?!

Encuentro muchísimo más tranquilizante, divertido y atractivo vivir al lado de un hombre. Las mujeres, por más puntos atractivos que tengan (la mayoría tienen dos, bien visibles), dentro de sus cabezas tienen tantas cosas sin ordenar, que me aturde.

Más allá de que la mayoría de las veces me haya tomado las cosas bastante simplemente, la otra parte del tiempo la pasé haciéndome problema por cosas que no debería. Un problema se convierte en otro, y dos minutos más tarde, un tema que se soluciona tan fácil como agarrar el teléfono y llamar a alguien, se convierte en el motivo por el cual estás en tu cama, llorando cabeza abajo con la almohada en la cabeza, inconsolable.

Bienvenida, acá tenés tu carnet de complicada, pasa por la tercer puerta y hacé la cola en zig zag detrás de la línea amarilla.

Esto nos lleva a la pregunta: Son tan distintos los hombres de las mujeres?

Si te estás preguntando esto es porque nunca entendiste una goma. La respuesta es SI, querida, sos salame?. Son tan distintos que a veces pensamos que el título del famoso libro "Los hombres son de Marte las mujeres son de Venus" le pifió a los planetas por unos cuantos años luz (si, la usé bien, no lo googlées, es una medida de longitud).

La verdad es que los hombres son lo más simple que te puedas imaginar.

Nosotras apenas salimos de casa ya estamos repasando qué es lo que tenemos que hacer en el día, la lista del súper, que habrá significado eso que nos dijo hace poco un amigo y como solucionar ese problema de presupuesto mientras llevás el caniche al alergista, le explicás al plomero dónde pierde el cañito y cargás tu mp3 con el último regaetón.

Eso en los 10 primeros minutos de nuestro día.

Un hombre sale de su casa y… bueno, va al trabajo… y piensa que... va al trabajo…

pasa una chica por al lado y… Uy tetas, genial

Simple.

...boobies ...yeah...

Si tan sólo pudiésemos.

Que es lo que nos impide pensar así?

Yo no soy ninguna científica, y apenas que recuerdo dibujos de bacterias del secundario (y sé pronunciar con fluidez ácido desoxi-rribonucleico, ojo!), pero mi teoría es que nuestros cerebros son muy distintos y están programados de forma diferente. Como para que no nos aburramos (?)

Nosotras estamos para gritar, ellos están para calmarnos. Lástima que la mayoría de las veces, hacen todo lo contrario.

Por esto es que gran parte del reto de una relación, a mi entender, es encontrar esa persona que sea tu balanza.

Mi ex era completamente diferente a mí. Lamentablemente, tengo los reflejos de una tortuga galápagos, y tardé cuatro años y medio en darme cuenta de lo poco que disfrutábamos de nuestro tiempo juntos, y lo distinto que era lo que quería cada uno de su vida.

Yo, géminis, un quilombo, me aburro fácil, la mitad de las veces no sé que quiero y la otra mitad cambio de opinión, o me distraigo con algún objeto brillante. Él, cáncer, muy tradicional, a los 3 años ya se quería casar y tener 2 hijos, trabajar y volver a la casa, donde estaría una hipotética yo cocinando, y dormir a las 9 de la noche, en plena tranquilidad.

Yo, hoy en dia, cocinando. Si, grande, con jamón y morrones.

Así le fue.

Además de todo esto, cada vez que nos peleábamos (lo cual pasaba bastante seguido debido a esta diferencia que resultó ser bastante importante) yo le tiraba algo por la cabeza (de más está aclarar mi tendencia hacia la violencia innecesaria) y él reaccionaba de dos maneras: O respondía con otro cenicero volador (Copyright by Susana Giménez), o se refugiaba detrás de alguna puerta, esperando que pase el huracán.

Ninguna de las dos opciones era muy recomendable la verdad, sobretodo porque el huracán se quedaba ahi, tirando cosas… hasta que se acaban las cosas y empezaba a patalear.

Sin embargo, fíjense la diferencia, la primera vez que tuve una pelea de este estilo con mi actual chico, la reacción fue muy distinta. Apenas levanté una mano destinada a buscar objetos inanimados para arrojar, me agarró la muñeca y me dijo: "Conmigo esas cosas NO" tranquilo, seguro, dijo: "Conmigo, se habla".

Wow.

Ni siquiera sabía que estaba esa posibilidad, y lo digo en serio. Porque este blog es muy serio cuando quiere, ojo. En esos cuatro años y medio de mi anterior relación, la única opción posible era la violencia innecesaria, que ni siquiera resolvía las cosas, sino que la mayoría de las veces las hacía peores.

De este tipo de balance estoy hablando.

Encontrar aquella persona que nos pone el freno justo, que nos dice: esperá, esto lo tenemos que resolver y de una buena manera, escuchémonos, tranquilos.

Esa es la actitud que me atrapó a mí, que me hizo ver que yo necesitaba eso para vivir mi vida en paz. Y si de algo se trata estar en pareja, a mi modo de entender, es encontrar esa persona con la que puedas vivir en paz.

Así, pero sin el vegetarianismo

Mi chico tiene una regla:

Si en una relación estás más de 2 semanas seguidas mal, y el problema no te deja dormir, cortála.

Capaz estés leyendo esto, es abril del 2040 y yo ya no esté más con él, y justamente haya sido por esta regla. Pero sinceramente, estoy muy de acuerdo. Problemas tenemos todos, con la vida, con el trabajo, mismo con nuestras parejas, familia y amigos. Pero esos últimos deberían ser los primeros en resolverse, y de la mejor forma posible, sin generar a su vez otros problemas que después caigan cual bola de nieve del Everest (?).

Nuestra casa, justamente, es nuestro refugio, y no puede contener algo que nos afecte tanto o nos destruya de a poco.

Lo siento mucho Umberto... sabés donde está la puerta

Debe contener comprensión y tranquilidad, calidez y armonía, o lo que necesites más en tu vida. Pero si dentro de tu casa está todo mal, tu vida de a poco se va a ir descalibrando.

Es así.

Lo que te haga mal, debe ser cambiado, arrancado como una hierba mala de un jardín. Y nada de soluciones temporales, estar bien una semana y volver a recaer sólo nos rompe más el corazón, y nos deja dormir cada vez menos.

Con mi ex, todas las semanas era lo mismo (si, te tengo podrido con mi ex, bueno loco, todos tenemos que aprender en algún momento!!).

Por alguna razón terminaba llorando todos los fines de semana, y mas o menos se resolvía. Una y otra vez, como una rueda viciosa, volvíamos a pelear y volvíamos a juntarnos. Por que? Bueno, por dos simples razones:

1) Uno siempre trata de salvar la relación, por más chota que sea. Y si, pensás que no va a haber otra igual. Aunque eso es cierto, la mayoría de las veces termina siendo algo bueno :P

2) No teníamos a nadie más, y estar solo no es nada lindo.

No, esto no se volvió un Elige tu Propia Aventura, salame.

El miedo a estar solo es más fuerte de lo que uno se imagina. Y justamente por este miedo, nos perdemos de esa experiencia. Y no hablo desde la sabiduría de haber vivido sola, sino desde la ignorancia de la naba que está de novia desde los 16 años.

A veces veo que las personas que viven solas tienen toda la libertad en sus manos, y añoro no haber podido nunca tener esa oportunidad. La vida me dirá si me quedo con las ganas o si paso alguna vez a estar sola de nuevo, pero si hay algo que aprendí, es que cualquiera de las dos opciones tiene sus pros y sus contras, y que nada es imposible.

Nada es imposible, podemos hacernos invisibles ♪♬

Si bien mi relación actual pareciera ir de maravillas, uno nunca sabe qué le depara el futuro. Ustedes dirán: Ey, que onda? No estás bien con tu pareja? Porque te planteás esto? Dejalo al hijo de puta!! (?!)

Para nada, estoy perfecta y más que felíz. Pero uno no debe tampoco vivir adentro de una burbuja de cristal. Debe saber que en cualquier momento todo puede cambiar, la tortilla se puede dar vuelta, y en ese momento, se nos rompe el hechizo de Disney.

Hace unos meses, mi hechizo se hizo bolsa.

Según mi punto de vista, todo venía genial, quizás un poco más rutinario de lo normal. Pero entonces, el notición: tranquilo, mi novio me dice que no sabe más lo que quiere conmigo.

Bueno, tranquila.

…not


Después del shock y unos shots de tequila, nos sentamos a hablar. Preferí no tirar cosas por la cabeza, y resultó ser una buena elección.

Resulta que todo explotó por dos razones:

1) Mi perro. Hinchabolas, que querés, es cachorro. Claro, pobrecito mi novio, él que pensaba que era autolimpiante y venía con manual, resulta que era un ser vivo nomás. Y había que educarlo. Además de bancarte meo y caca por todos lados, tenés que llegar a tu casa y encontrarte con esta bola de energía, que lo único que quiere es la atención que no obtuvo mientras estabas trabajando. Y si, a bancársela. Después de unos meses la bola peluda te empieza a caer más simpática, te lo juro.

Deal with it.

2) Una chica. Que cliché! Resulta que esta chica tenía la putitud (si, putitud) a flor de piel, lo cual es bueno para algunos y no tan bueno para otros. Las chicas con putitud a la vista son fáciles de ver… y de otras cosas. Andan por todos lados mostrando sus atributos y no se avergüenzan de ninguno de ellos, por más feo, horroroso o genial que nos parezca. Envidiable la verdad. Resulta que su putitud (acostumbrate a la palabra macho) contrastaba mucho con mi falta de ella. Y convengamos que ninguno de los dos extremos son correctos.

Después de casi 10 años de estar juntos, es comprensible (y antes también) que uno se deje estar. Ya no te arreglás tanto como solías y reemplazaste el baby doll de satén por una remera XXXL de Euro Disney. Obvio, nono, lo dije mal… OFFFVIO que tu novio va a comparar el monstruo viejo y despeinado que tiene en casa, con la chica de tapa de revista que hay afuera. Y creéme, aunque esa chica no sea de revista, ni él ni vos se van a dar cuenta, ni les va a importar. Esa chica común, que por esas casualidades de la vida se sabe peinar, pasa a ser perfecta, aunque tenga mil y un verrugas peludas.

Y ahora? El tan temido pensamiento de que hacemos? entraba en juego.

Con el corazón con aujeritos y todo, traté de apoyarlo lo más posible. Muchas le hubiesen tirado con un matafuegos directo a la cien, sin embargo yo elegí escucharlo a pesar que cada palabra la sentía como una trepanadora en el lóbulo frontal (mah si! qué le hace una lobotomía más a la paciente psiquiátrica?!). Escuché lo bien que le hacía su compañía, lo poco atractiva que le resultaba a veces yo y la vida que tenía últimamente conmigo. Me dolió muchísimo, y siendo sincera todavía me estoy reponiendo (momento serio del blog, por favor, cierre las cortinas y llame a su madre, dígale que la quiere (?)).

Pero creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado.

Agradecí su sinceridad, que yo la traduzco como amor y respeto… sólo espero que el traductor me ande mas o menos bien y tenga pila. Por más que cada vez que lo escuchaba tenía ganas de sacarle los ojos con una cucharita de té, tuve en cuenta todo lo que pasamos juntos. Además, si estaba dispuesto a solucionar este problema, es porque él mismo lo consideraba un problema y no una noticia ya resuelta del estilo: "Bueno, esta reunión es para decirte que me enamoré de otra chica, chau, gracias eh!"… eso SI que era un problema, pero... sólo para mí :S

Si alguna vez reciben este tipo de noticias, chicas, tranquilas. Es mejor recibirlas así que enterarte que tu novio se fugó a Chascomús con una rubia tetona por una postal de un cocodrilo en bikini que dice "Chascomús la rompe!! Como nosotros!".

Tampoco es para que dejes de recibir postales, aclaro

Mi tema por suerte se solucionó al poco tiempo (pero qué semanita eh!!), y como podrán imaginarse mi burbuja quedó rota (¬_¬ sé lo que pensaste, chancho!), y ya no vivo más con esa ilusión de que todo está perfecto.

Quien sabe si alguna vez volveré a tener una, después de todo, nada es imposible :) Así que por ahora me concentro en...

Volver a ser un ser sexy

Hace más de unos años que estás con tu novio, y quieras o no, un día de aquellos dejaste de ponerte linda.

Morís por llegar a tu casa y cambiar esa camisa del trabajo por la remera más estirada y roída por las ratas que tengas, que comodidad! Te desatas el pelo, que inmediatamente cae como hebras despeinadas sobre tu cara, te sacás el maquillaje y te calzás las patas de dinosaurio que tenés como pantuflas. Ah si, nada abajo, por supuesto, nada que cubra tus piernas no depiladas, asi que tu encanto yeti fluye sin miramientos.

Y justo cuando estabas disfrutando de tu snack post-trabajo favorito tirada en el futón, mirando un documental de cómo se hacen las pelotitas de golf, una papa frita se te queda pegada en el flequillo y tu novio abre la puerta.

El principio del fin.

Él venía pensando en la imagen ideal que tenía de vos (tenía, porque sabelo se acaba de esfumar como por acto de magia), y vos te apareces asi, post-apocalíptica, con un aire a bruja cachavacha y dos cactus por piernas.

Sexy.

Y lo mismo pasa al revés, no te preocupes.

Llegás ilusionada, un 14 de febrero, te acordaste de que era día de San Valentín como a las 3 de la tarde, pero no importa, porque corriste a un sex shop a comprarte la tanga más chiquitita y transparente que viste en tu vida.

Llegás a tu casa, abrís la puerta y ahí está, lo que una vez llamaste tu novio, tirado en la cama, con la laptop en la panza al aire libre, en unos calzones tan estirados que perdieron la forma, un chizito encastrado en el ombligo y todo tirado alrededor, por supuesto, porque un hombre no conoce el verdadero poder de un tacho de basura hasta que llega la mucama.

Deben ser invisibles los tachos de basura.

Los presento: Tacho de basura, hombre. Hombre, tacho de basura.

Conózcansennnn.

Pero cuál es el problema? En qué momento me olvidé de que tengo sensualidad?

El problema es que ser sexy no es tan difícil, lo jorobado es mantenerse.

Los primeros meses de una relación son claves. Uno da lo mejor de sí. Se maquilla, se arregla, se pinta, se compra ropa. Después de un tiempo, los dos engordan algún que otro kilito, y pronto, como en caída libre, nadie se mira al espejo.

Es nuestro trabajo como compañeros/as de una relación, saber ver los límites de nuestra vagancia, y hacer un esfuerzo por aquél que tenemos al lado, que todavía nos quiere aunque se pinche cuando nos da un beso (y eso va para los dos sexos!).

Que no tenés excusas? Tenés que esperar al día de la marmota para cocinarle su comida preferida? Mentira! la excusa es que están vivos y juntos, dejémosnos de joder y esperar a fechas clave para festejar que nos queremos.

Que San Valentín, que el día que cumplimos cuatro semanas y media de la primera vez que nos agarramos la mano abajo de la lluvia. Que tipo de huevadas son esas? Alguien que me explique.

Además sabelo, mujer!, esas huevadas te las acordás vos sola. El pobre de tu novio todavía está haciendo un esfuerzo sobrehumano para acordarse de esas idioteces así no le pegás con el rebenque cuando se olvida. Muy triste. Una embolia le va a agarrar!

Lamentablemente, este tipo de situaciones incita a mentir. Y la culpa no la tiene solamente él (porque por default, es un nabo) sino que vos también sos culpable, si. Por insoportable.

- Nunca me vuelvas a mentir, Juan Alberto

- Roberto me llamo

- ...Nunca me vuelvas a mentir, Roberto

Uno de los errores más enormes de todos, es no tener confianza.

Tu chico, hermoso, es un Adonis del siglo 21, se va una noche a tomar cerveza con sus amigos. Vos, que tenés menos autoestima que un tapperware en desuso, te comés la cabeza pensando que está en un bar rodeado de chicas que lo tienen en la mira, mientras cuenta sus anécdotas de macho cabrío, a punto de caer en sus encantos.

La verdad de la milanesa, probablemente sea que haya ido a la casa de un amigo, y esté tratando de abrir un vino de la manera más arcaica posible, como el hombre que es. Que no haya ninguna chica, porque es noche de hombres y las chicas les rompen las bolas, y que por ese mismo motivo, nadie sepa qué carajo va a comer, ni cuándo.

Tranquila.

En una relación, una de las cosas más importantes (para ustedes y para la entera salud de tu cerebro) es tenerse confianza.

La confianza se lleva a flor de piel, como un vestido de lentejuelas que te hace brillar, caminás distinto. Entrás a una habitación y podés decir quien se tiene confianza y quien no. Esa actitud te queda hermosa.

En cuanto la perdés, te volvés la reina de las hinchapelotas, la bruja, la llorona. Tu chico sabe que va a llegar a su casa y no entiende como decirte que un amigo lo invitó al bowling, porque quiere ir, pero decírtelo en tu estado menos confianzudo, ya es un dolor de huevos.

Entonces miente. Pero esa mentira, esta originada por el pensamiento de que vos te vas a poner histérica si te cuenta que van a haber chicas en el bowling (aunque la realidad sea que ni siquiera sabe, pero ya se persigue). Así empieza la bola de nieve, y uno miente porque se piensa que le hace mal a la otra persona. Miente para ahorrarse la discusión. Lo ideal, sería que te diga siempre la verdad, por más dura que te parezca: "Juancito me invitó al bowling con los chicos, todos van sin pareja" . Y que vos, como buena mujer adulta que sos, la tomes sin sobre analizar y no flashees con esa mente de mujer neurótica, sino que agradezcas esa verdad y la valores.

Dejalo ir, dejalo aprovechar estar con sus amigos solo, salir solo, divertirse, y cuando menos te lo imagines él te lo va a agradecer, te va a extrañar en el medio de esas salidas, en el medio del bowling. Una cadena corta molesta, pica, y da ganas de sacártela, porque querríamos eso para las personas que amamos?

Después de todo, alguien muy viejo (seguro) dijo "Si amas algo déjalo libre, si regresa es tuyo y si no nunca lo fue". Si, es una frase de mierda, pero no tengamos miedo de equivocarnos, es mejor siempre correr el riesgo por alguien que pensás vale la pena, antes de tratar de meterlo en una jaula con grilletes.

Además que pretendemos con este aislamiento?

Que nunca más vea chicas lindas? Tetas más paradas que las nuestras? Culos más redondos? Te chifla mi amor, por más hermosa y rubia, lacia y culona que seas, siempre vas a tener algún defecto. Tu novio sabe cuales son, sabe sobre ese lunar horrible, sobre ese carácter choto que te agarra cuando te despertás con los rulos desparejos. Pero él te quiere así, y eso es lo lindo. Amálo por eso y dejale la libertad que se merece (dejáte de romperle las bolas, bah).

Después de todo, es imposible aislar a una persona de la sociedad, y si después de que le brindaste confianza y libertad se va con otra chica, enfrentá la dura verdad: tu novio era un flor de pelotudo.


Conclusiones? Bueno, llegamos a algunas a lo largo de este mega post (siiii que termina carajo!!):


Explicaselo porque es un primate

Nunca te va a entender de una, a ver si vos entendés que es hombre, y le tenés que decir las cosas como son. "Quiero que me regales ese bolso en verde" es más directo que pasar por enfrente del local y hacerle ojitos. Obvio que va a pensar que querés hacerle cosas raras en la vidriera …de qué bolso me estás hablando?


Compartan cosas

A mi entender, compartir gustos con el otro es fundamental.

"A los dos nos gusta el sambayón"

No, así no! retrasados mentales! Compartir los aspectos más importantes de tu vida. Si te fascina el cine, los videojuegos y la música pop re cadorcha (como es mi caso) busco a alguien mínimamente compatible, no me busco gente que muere por las carreras de autos, el trekking y el death metal, se entiende?


Y que en tu relación NO tenés porque…


Aburrirte… porque es un bajón nomás… lo que uno quiere es llegar a viejo con esa persona justamente porque la pasa bomba.


Bancarte cosas que te molestan demasiado. Después de todo, tiene que haber respeto por sobre todas las cosas. Y si sigue haciendo eso que te molesta, no te está teniendo el merecido respeto. Escuchaste Jorgito?


Callarte los problemas; decíselo, no te calles todo que después explotás como una cañita voladora y quién te aguanta?


Esperar a un día en especial para festejar pelotudeces, las pelotudeces se pueden festejar seguido y sin razón aparente.


Cambiar. O intentar cambiar al otro. Si querés otra cosa que lo que elegiste querido, malas noticias. Podés intentar cambiar un hábito molesto, pero no toda una persona. Dejá de intentar hacerle ver películas koreanas, al chico le gusta mirar TyC Sport, y nada más, a ver si entendés. Podés dejarlo tranquilo y conseguirte un chico que te acompañe a ver La casa de las dagas voladoras? y lo disfrute en el intento? Gracias.



Vos viste a la china revoleando los pendorchos y te creíste que era re diver la peli.


No.