miércoles, marzo 21, 2012

Con J de Motivación


Hoy vamos a hablar de un tema que le re interesa a todo el mundo.

Bueno, capáz que no.

Los gimnasios son un tema complicado. O es hyper cheto, lleno de chicas en atuendos que cuestan fortunas y que en vez de pasar la tarjeta para entrar dejan órganos vitales para costear la cuota mensual; o son gimnasios de barrio donde el olor a perro muerto marinado en cebolla te deja una chance de supervivencia del 30%, y las máquinas fueron aceitadas por última vez el día en que naciste.

Si tu gimnasio no dice “Vení a conocer gente” como el nuestro, está re out, siento decirlo. Vení a conocer gente dice, y nosotras le hacemos caso cual soldados embotados en calzas Nike dos talles mas chica porque estás completamente segura de que te levanta el culo. Pero primero… que vamos a hacer?

Las posibilidades de transpiración son infinitas, y apenas te entregan la hoja de horarios, no parás de hacer planes a futuro de qué clases vas a probar. Como la primera vez tenés que ir a hacer los trámites y entregar documentos (creo que si quiero infiltrar Croacia entrego menos papeles), empezás por lo básico:


Musculación


“Hola que tal? Mi nombre es Fernando, les preparo la rutina?”

Si Fernando, te lo pido por favor. Además estás buenísimo, con razón es caro el gimnasio, pensás, todos los profesores están bárbaros. Cuando te pregunta cuál es tu objetivo tratás de no decirle “Catherine Fulop” y le inventás algo sobre la fuerza y los glúteos, yo que sé, dame algo para hacer, que si agarro un aparato yo sola seguro me pongo al revés y me doy con los pesos en el cráneo.

Bueno, ahora vamos a precalentar, vengan por acá. Cruzás una mirada con tu gym-buddy, que significa “es necesesario? nos vinimos corriendo 8 cuadras y nos vestimos en 3 milisegundos, eso no cuenta como calentamiento?” y te disponés a hacer el ejercicio. Encima no podés escaparte, o disimular que estás haciendo algo cuando en realidad te agachás un poquito y ya, cual clase grupal. Fernando se queda ahí, enfrente, mirandote con los brazos cruzados y los bíceps hinchados, en platea preferencial para que pases verguenza tratando de imitar sus movimientos hot, que a vos te salen como un flamenco espástico.

Instantáneamente intercambiás otra buddy-mirada que dice: mañana empezamos las clases.


Fight Do


Si te gusta rebotar, este es tu momento. Te invito a probar una clase donde podés visualizar a tus jefes, uno por uno, mientras tirás patadas descoordinadas al aire y piñitas cual gato de verdaguer. Que te saca la violencia, te la saca. La violencia, la energía y de paso las ganas de vivir, porque nunca me cansé tanto en mi vida.

Pero el verdadero desafío viene después, cuando volvés a la oficina y trabajás los músculos del cuello, que a toda costa quiere desparramar la cabeza sobre el teclado y dormirse una siesta de 4 horas seguidas.

Además de drenar energía, es anti-económico. Necesitas como 3 corpiños deportivos puestos uno arriba del otro para que tus muchachas mínimo te sigan y no salgan disparadas para todos lados cual pelotas anti estrés. Horroroso.

Vamos que empezó la clase!!! Patada-Gancho-Gancho-Patada-Piñita-GRITO”HEY”(porqué gritamos? que onda?! Dónde está el ninja invisible!?)Gancho-Patada

Te viste todas las de Rocky Balboa, asique sabés lo que es un gancho. También te culturizaste de chica con Karate Kid, asique tratás de sentirte Miyagi cuando tirás patadas karatecas. Pero la música va a mil por hora, como una rave preparada para adictos a la heroína, asique tiraste la patada como el culo, se te dislocó el pie, te estiraste el glúteo y no sabés porqué pero te duele la cabeza. Para tirar las piñitas al aire te imaginaste a tu jefe en la oficina, diciendote que no hay aumento, que raro! la empresa no tiene plata, aunque sale en los diarios festejando sus millones de ventas vos no ves un mango. Asique le das con ganas… al aire, y te sacás los dos hombros de lugar, uno después del otro.

Está por terminar la clase y el profesor, de unos 50 añitos y en mejor estado que cualquier alumno, grita “…y? Como estamos?!”… MAL le respondés vos, en un intento fallido de que le agarre lástima y pase directo al estiramiento. Solamente lográs que uno de los alumnos se te cague de risa en la cara. No querido, no era un chiste, pero ahora me voy a esforzar todavía más, y como me den ganas de vomitar te enchastro el atuendo de Reebook que tenés puesto, a ver si te seguís cagando de risa.

Forro.


De la mano de Mane, colaboradora oficial de Palaila´s Kaleidoscope


Body Pump


“Hola, yo soy Jordan, bienvenidos a Body Pump”.

Yo no sé que está pasando. En serio no lo sé. Lo único que sé es que tengo que hacer lo que me dice el chico hot, que encima es muy motivacional. Levanta las pesas llenas de discos gigantescos tamaño rueda de tractor y grita AAAAAAAAH VAMOOOS y vos te mirás y es una imagen completamente distinta.

Estás horrible, la calza te marca la panza y cada vez que hacés sentadillas se te mete el calzón hasta el núcleo central de la tierra. Además tu barra da penita, con dos discos tamaño alfajor Jorgito colgando de cada extremo, apenas la podés levantar porque en tu vida hiciste otro ejercicio que servir botellas de 1 litro y medio.

Ahora te das cuenta que quizás ese no era ejercicio suficiente, pero antes de que te desborde la frustración, llega el efecto Arnold.


Efecto Arnold


El efecto Arnold es el momento correcto cuando las pesas son lo suficientemente pesadas para ser un reto, pero todavía, con esfuerzo, las podés levantar. Ahi te convertís en Arnold Swarzenegger, o como sea que se escriba. Sos la Miss Universo de los músculos y podés con todo. Es genial.


Seis meses nos dijo Jordan, seis meses para tener un culo imponente… o visible aunque sea.


G.A.P.


Como en body pump trabajás más la parte de arriba de tu cuerpo, suena lógico que los demás días quieras enfatizar en las piernas. La clase de Glúteos-Abdomen-Piernas suena muy interesante.

Hasta la da Fernando, el guacho lindo de musculación, que ahora te da la oportunidad de robar un poco más confundiéndote entre las chicas de la clase, y ya no te clava la mirada específicamente a vos porque no tiene otra cosa que mirar. Genial. Ahora tiene que controlar una marea de culos al viento, tirando patadas de burro al infinito y mas allá.

La clase dura media hora. Si tu pregunta era cuánto podés hacer en media hora, la respuesta es “…muchísimo más de lo que gustaría, pelotudo”. Si, así con violencia incluída. Porque esto de no poder reírse dos veces a la semana no va.

NO VA FERNANDO!!


Así, pero con colchoneta


Asique pasaron los días y te fuiste haciendo del famoso Cronograma del Dolor, lunes body pump, martes gap, miércoles musculación… Ojo que con el dolor corporal hay que ser así, muy organizado, no sea cosa que después en vez de dolerte la panza te duela la espalda y se te complique el esqueleto, que los días de no mover extremidades estén bien pautados.

Y si conseguís, como yo, gym-buddies constantes, seguro que en seis meses estás hecho un Adonis, y servís la Coca de 3 litros como un campeón.

Sino venite con nosotras, sumate al Desafío Jordan :P