lunes, enero 28, 2008

Y si probás con un yogur?? digo.. testing??

Decidí probar con testing entonces, y mandé mi cv para que me tuvieran en cuenta. Resulta que elegí un mal momento; por un lado ya no necesitaban tantos testers, y por el otro, parecía ser que el jefe de los testers no quería ninguna chica en su equipo. Un problema.
Después de largas semanas de tire y afloje, y de llevar al límite la paciencia de mi novio, quien se bancaba mis 1500 preguntas frecuentes, decidieron por fin darme una oportunidad para hacer el test.
Si no pasaba el test y no encontraba ningún error, ni siquiera iban a pensar en darme una entrevista. Estaba mega nerviosa.
Cuando salí del ascensor e hice mis primeros pasos dentro de la empresa, conocí al gorila. Pero que lindo! que te reciba un gorila!! no en cualquier lado, aunque en ese momento no tenía el sombrero y le habían quedado solamente los anteojos de sol.
Esperé sólo un momento, y en seguida me llamó un chico para que pase. Se notaba que el chico no estaba muy a gusto con una mujer, porque me trataba medio raro. No sabía si era asco o miedo, pero algo me tenía.
Traté de no incomodarlo y no me acerqué a mas de un metro. Hice el test, encontré 12 de 15 errores, y me fui a mi casa, casi corriendo, de la emoción.
Una semana después corrían los rumores de que había pasado el test, y entre la bandada de chicos testers (que rebalsaba testosterona) corría la noticia de que iba a entrar una chica. Si no hubiese corrido también la noticia de que mi novio era Fernando, varios hubiesen muerto en una pileta de baba.
A los días recibí el llamado, me querían para la entrevista.
Desaforada, casi bailando la macarena, me preparé para ser atacada por ser mujer. Y eso era lo que tenía que evitar. Así que me armé un plan de batalla infalible.
Lo único que debía hacer este chico era conocerme. Tan sólo un poquito, hablar conmigo cinco minutos y se iba a dar cuenta de que no era tan mujer como me imaginaba. Después de todo, tengo una Playstation, juego Warhammer y no me gustan los zapatos ni las carteras. Debía dejar en claro esos tres temas.
Cómo convencer a alguien que no sos tan mujer? Acá la tenía clara:

1) ROPA - Ir a la entrevista con jean y remera del estilo "recién me levanté y elegí mis ropas en la oscuridad absoluta". No hace falta que todo haga juego. TIP: No hay que zarparse, nadie contrata a una mugrienta con pinta del cantante de Nirvana.

2) ACTITUD - Relajada, nada de tirarse encima o ser distante, tratarlo como un amigo. Que le den ganas de invitarte una cerveza en lugar de ofrecerte un puesto con las chicas de contabilidad.

3) DETALLES - No a los escotes, los hombres no pueden pensar con escotes y queremos que piense "que copada esta chica" y no "como la parto a esta chica". Evitar uñas pintadas y detalles ultra femeninos como maquillaje y zapatos de charol fucsia.

4) CHARLA - Evitar temas del estilo "zapatos, chicos, zapatos, ropa, zapatos", a nadie le interesa, a no ser que sea Ricky Sarkany. Lo importante es: que le interesa a él? Dejarlo boquiabierto nombrándole por orden alfabético los 54 juegos de Playstation 2 que tengo y los otros 30 que quiero tener. TIP: Nombrar más de una consola asegurará el éxito.

Como estaba planeado, seguí mis tips a rajatabla. Charlamos largo rato sobre porqué quería entrar a una empresa de videojuegos (porque está rebuenísimo!!), como me sentiría trabajando con todos chicos a mi alrededor (como una reina!!!) y el "tema" de trabajar con mi novio (nadie tiene novia?? que onda?).
En menos de lo que canta un gallo, estaba abrazando mentalmente al gorila de la entrada... era la primer chica tester ^_^!

...and your boyfriend shall become nuts (si, en inglés) (???)

Luego de mi experiencia laboral diseñística y mis vacaciones merecidas, decidí que lamentablemente debía volver a trabajar tarde o temprano. Hacía unos meses que mi novio (vamos a llamarlo Fer, principalmente porque se llama Fernando) había conseguido trabajo. Antes de decir de qué, me gustaría profundizar el esfuerzo que realizó para conseguirlo, dicho esto en absoluto tono irónico:

Un día que pasábamos por la muy conocida Comiquería Apocalipsis de Flores, notamos que habían cambiado al barbudo que atendía el local y en su lugar había un chico joven, simpático y buenmozo (no, no tengo 70 años ni soy jubilada) que se llamaba Claudio. La cosa es que nos resultó muy simpático y nos quedamos bastante tiempo charlando, de esas cosas de la vida, del clima, de los estudios, de la muerte del Capitán América... y en eso (yo todavía trabajaba en el estudio de diseño) le comentó a mi novio que estaban buscando gente en la empresa de un amigo y que le pasara el currículum, a ver si en una de esas... y la conversación siguió mas o menos así:
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(Nota: lo siguiente está transcripto sujeto a la memoria disponible en el momento)
Fer: ...pero de qué es la empresa? porque si es de contadores, no da
Claudio: nono, es de videojuegos
Fer: (con ojitos brillosos) en serio?? y que están buscando?
Claudio: Testers
Fer: ...
Claudio: ...
Fer: ...
Claudio: ...de esos que prueban los jueguitos
Fer: me estás cargando
Claudio: no, boludo
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Luego de que mi novio se recuperara del shock, envió el cv, lo llamaron y tuvo trabajo. Parecía fácil.

Volviendo al tema (elipsis temporal!):
Mientras yo estaba lidiando con mi jefa ciclotímica que me trataba de imbécil después de darme las gracias por ser tan buena diseñadora, Fer me hablaba maravillas del lugar donde trabajaba. Me decía cosas como:
... "la otra vez me crucé con un chico con una máscara de catch mexicana"...
... "Juancito cumplió años y le regalaron el desayuno y un globo"...
..."Cuando volví de comer la recepcionista le estaba cambiando el sombrero al gorila de la entrada"...
A todo esto, me tuvo que explicar repetidas veces qué hacía un gorila en la entrada, y como hacía el chico para trabajar con la máscara puesta.
Aparentemente el chico era el Tester Misterioso, y al gorila le iban cambiando los accesorios de vez en cuando. Ante semejantes contestaciones, llegue a una conclusión: me había vuelto una persona adulta.
Mi cerebro entraba en conflicto. Comparaba sin cesar al gorila con mi jefa, el globo con los insultos, la máscara con mi sueldo. Llegué a una sola conclusión:
Yo también quería trabajar con un gorila.
Entonces renuncié, y me dediqué a investigar donde corno me podía meter en esa empresa de ensueño. Sería mejor decir: mandé a Fer a que investigue, porque eso fue lo que pasó.
Fer, como buen novio ninja que es, me averiguó todo y me tenía fe en el puesto de Artista 2D. Yo no. Pero él me tenía fe, así que no perdía nada con intentarlo.
Me contactó con las personas de recursos humanos, quienes me pasaron un test que realizé en dos horas (estaba emocionadísima). El cual fue y vino con varias correcciones y un día no volvió mas... estuve como un mes pensando en qué había pasado con el test, preguntandole a Fer todos los días "y? te dijeron algo?!" llegando hasta el colmo de su paciencia.
Hasta que un día llego la respuesta: No, no entraste.
Catástrofe.
Perdí unos cuantos pelos mientras me los arrancaba al grito de "Necesito un trabajo!! y ahora que hagooo!!!??" antes de que Fer me atajara y me dijera: "y si probás con testing?"

Somos Re biPolares Design - Casi una de terror

Luego de mi infructuosa experiencia laboral en un shopping he decidido dedicarme mas a lo mío. Como ya todos saben (???) soy diseñadora gráfica, así que mi interés inmediato era acumular experiencia en el rubro. Comencé así mi búsqueda por estudios de diseño, desde los ya muy conocidos a los que no los conoce ni el loro.
Un día me llamaron para una entrevista de un estudio mas o menos chico, pero que hacia trabajos aparentemente grandes.
..."Ahhh pero estábamos buscando gente con experiencia" (entonces para que me llamaron si en mi cv dice que no tengo experiencia)
..."Pero bueno vamos a ver si en lugar de gente con experiencia podríamos incorporarte a vos y algún otro mas"
Ahí me tendría que haber sonado la primer alarma, pero no, mi cerebro es a prueba de indirectas, as que no me sonó nada y nada pareció sospechoso.
La realidad era que estaban desesperados, así que me llamaron para una segunda, una tercera, una cuarta y sisi, una quinta entrevista con una psicóloga, que me hizo hacer dibujitos de un árbol y por alguna extraña razón estaba muy interesada en que la llame.

NOTA: Acá me tendría que haber sonado la segunda alarma, especialmente cuando la psicóloga me repetía una y otra vez lo difícil que puede llegar a ser un ambiente laboral... pero no.

Sin ninguna alarma, seguí por la vida y entré a trabajar. De buenas a primeras me enteré que nadie se tomaba el horario de almuerzo completo, y que la hora de salida era un poco... variable digamos. Con los días el trabajo se volvía mas una carrera que otra cosa. Corríamos para llegar con los tiempos de entrega a los clientes y pronto me tuve que interiorizar en el trato con los proveedores ("te llego mi mail para la bajada de películas? yo se que es imposible, pero es para AHORA... nono no me pegues por favor").
Ahi tuve mi primera reunion, de esas que tu jefe te llama con un "Lau, podemos juntarnos un momento?" CHAN Resulta que yo no soy muy ducha con las palabras, y menos con gente que no conozco. Y todavía menos si se trata de apretar con los tiempos a gente que no conozco. Me tragué entonces un discurso de media hora sobre porqué apretar a los proveedores era súper importante, y cómo eso podía llegar a ser crucial en mi crecimiento como persona y diseñadora.
No entendí mucho, pero yo tengo espíritu de esclava, así que acaté ordenes y comencé a tratar a la gente con menos cariño y más cara de culo.
Las cosas empeoraron cuando los demás empleados empezaron a sacar los trapitos al sol. Una de mis colegas diseñadoras tenía úlceras de los nervios y una chica de recursos humanos se descompuso con taquicardia en plena reunión con un cliente (Alarma número tres!!).
A esa altura mi cerebro ya se había dado cuenta, y ya no me gustaba. Y todo empeoró (si, empeoró) cuando la dueña del estudio volvió de vacaciones, y de una forma sádica y ponzoñosa, me quiso poner a prueba. Y poner a prueba a alguien aparentemente significaba tener comportamientos psicóticos bipolares, insultando y tirando flores a gusto, o tal vez era dependiendo del clima. Nadie lo sabe. A todo esto, tenía que sumarle mi paga de dimensiones liliputienses, que mes a mes (y porque probablemente les daba vergüenza) me iban subiendo de a poquito.
Contenta no estaba. Con el tiempo me fui olvidando que tenía una vida, y llegaba a casa cuando podía. Uno de esos días de horario alargado, a eso de las 8 de la noche, me di cuenta que estaba cortando 10 packagings distintos de alfajores, estaba sola, y se me estaba escapando un lagrimón. Así que ahí me decidí y, como estaba en vísperas de vacaciones, decidí irme y no volver.
Fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. A la segunda semana de vacacionar panza arriba en el inflable de la pileta de mi novio, comiendo papas fritas y tomando daiquiris de banana, me decidí y llamé a mi jefa. De más está decir que se habían acostumbrado a mis ganas inconscientes de trabajar sin recompensas, así que me ofrecieron desde plata, mejor horario, trabajar part-time, free-lance, y hasta no ver a mi jefa (???!!) para que me quede.
Repito, fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida.