miércoles, enero 25, 2012
Esperando a Ricardito
viernes, enero 06, 2012
Cosas que me ponen de buen humor
Eso, y nada más. Porque hoy estaba de mal humor.
Pero después me puse a pensar cosas que me hagan felíz, y salió esto.
Y ya estoy mejor ^_^
1) Los carteles de Vinicius a las 7:30 de la mañana.
Si. Porque apenas podés despegar los ojitos, vas arrastrando las suelas hasta la estación de tren y de repente los carteles. “GRACIAS A DIOS ES VIERNES” y una mina y/o tipo en bolas. Si, gracias a dios es viernes, tenés razón pensás, mientras tratás de no llevarte puesta más gente de lo normal mientras disfrutás de la vista. Tetas, tetas y músculos por todos lados. Si bien quiero aclarar que un afiche de un vikingo panzudito ofreciéndome una picada de salamines me haría mucho más felíz, a esa hora de la mañana no vamos a ponernos filosóficos y andar tratando de convencer al Adonis con estómago de tabla de planchar de que le dé una segunda oportunidad a los alfajores cachafáz.
Te traje una plancha de ravioles para cenar, mamaza
O_O
2) El tumblr.
Hay gente que todavía no lo conoce y esto me horroriza.
Para vos, que está horas y horas frente al monitor de tu trabajo, queriéndote arrancar los ojos del aburrimiento con tu subtepass. Para vos que, como yo, busca pelotudeces todo el tiempo y su habitual fuente de diversión es googlear “ice cream pizza” para ver qué corno sale en imágenes.
Porque sí.
Para todos nosotros que gozamos con imágenes y pelotudeces ilustradas, se inventó el tumblr. Sugiero investiguen, y estén dispuestos a perder más horas productivas en interminables scrollings.
3) La música.
Me hace felíz de tres maneras muy distintas. Una, es escuchar canciones bien pop onda Britney (que para mí nunca tuvo hijos ni se rapó, ni probó ser una inútil en esto de vivir la vida) y flashear que estoy siguiendo una coreografía recontra copada. Una onda Flashdance + Step Up + Video pop hyper producido conmigo en peluca fucsia y calzas aleopardadas.
Otra, es escuchar canciones bien lentas y súper tiernas, de esos que tienen muchachas en vestidos floreados cantando bajo el sol mientras andan en bicicleta. De más está decir que ni en mi imaginación soy capaz de andar en bicicleta sin clavarme un sauce llorón en la frente, asique lo mío es caminar bajo el sol (en mi mente, por supuesto) rodeada de mariposas, barriletes de colores y burbujas. Todo esto con un filtro vintage que pone instantaneamente mi cerebro, offfvio, cual iphone con instagram.
Ayayay Franciscooo se me trabó el pelo con la hamaca esta de mierrrda! Vení ayudame!
Y la última, pero no menos importante, es escuchar algo pesado/frenético como Rammstein o Skrillex y, bate en mano (de aluminio, pa´que aguante viteh), recorrer las calles del microcentro. A ustedes, la panadería que tardó 3 horas en mandarme el tostadito ese escuálido / entrar / romper todo… espero que mi mensaje se haya entendido, les dejo mi tarjeta.
Kill bill un poroto.
4) Burbujas.
Ya mencionadas con anterioridad, las burbujas son para mi como el dulce de leche o el glitter. Infaltables en la vida, son lo que salvaría del fuego en un incendio (?). Todavía no entiendo porqué no se hace popular la burbujoterapia (que no voy a decir muy fuerte porque me van a robar la idea, como lo hicieron con la chocolaterapia y mal interpretaron con los masajes con piedras (en mi mente no eran tanto masajes, era más una terapia de shock digamos)).
Tener un burbujero y soplarlo mientras te hacés un baño con burbujas (así, bien redundante) es la gloria. De repente no sos más una empleada de la vida que se está bañando, sos una sirena en el país mágico del medio de las nubes.
Magia.
O podés optar por vivir en una burbuja, como yo.
5) La comida.
Si. Porque aún haciendo dieta y todo, nunca se me fue la angurria y el gusto infinito por las cosas ricas. Ahora lo disfruto arañanado monitores con fotos de comida, o babeándome mientras miro a mi novio al lado mío comer una napolitana con fritas, mientras me como mi empanadita de queso y cebolla. Pero aprendí a valorar la comida saludable, por supuesto. Aunque usted no lo crea, ahora me babeo con una buena ensalada, un postre hecho con yogur y frutillas o granola con frutas. Si. Lo único malo es que ahora hay MAS comida que me gusta. Porque lo grasoso y asquerosamente calórico nunca dejó de ser fuente de mi admiración (._.U).
Y acá no pongo fotito porque me tiento.
6) Los cruceros.
Cómo ignorar un barco gigante que tenga TODO lo que vos necesitás arriba. Y se aleje del microcentro. De a poco. Si.
La gloria hecha barco, los cruceros son unas de mis cosas favoritas ever. Nada de “oooia a que hora comemos? Acá? Te parece? Hay que hacer cola, no aceptan débito?” NO. Cuando subís te dan una tarjeta donde dice “Cena a las 9, mesa 65”. El menú incluye todos platos de lujo, querés repetir? no hay problema!! Querés toda la lista? te la traen!!
Cada noche deslizan bajo tu puerta las actividades del otro día. Gimnasio, baile, juntadas para aprender idiomas, merengue, spa, actividades vergonzosas y familiares en la pileta (que incluyen pintura para la cara y pelotas inflables), es TU elección. Te da tantas opciones, que podés ser tanto un adolescente descontrolado como un jubilado de lujo. Yo, por mi parte, elijo lo segundo.
Yessssss, get away from this land of boringness captn´!!! Ahoy!!
7) Las teorías conspirativas.
Documentales enteros dedicados a decir “será verdad?” mientras plantean teorías misteriosas sobre los orígenes del universo, la existencia de extraterrestres, la luna o el abominable hombre de las nieves.
O Tito, le gusta que le digan Tito.
Lo peor de todo, es que en algún momento, te dejás llevar y pensás… “será verdad?” Esa parte es la mejor, cuando tu cerebro se da por vencido ante la pelotudéz y dice: “te creo, soy un lagarto del planeta Kryptón, donde tengo que firmar para que me devuelvan a mi tierra?”.
Extraterrestres, científicos que lograron mantener cabezas con vida y criaturas extrañas (yetis, loch ness, espíritus) son mis favoritos. Sobre todo cuando todo se junta, y encontrás documentales de yetis que ayudaron a los nazis a pelear contra los extraterrestres que, mediante la avanzada tecnología que poseían, se habían implantado tentáculos de más, por las dudas.
Bueno, me fui de mambo, pero la idea se re entendió.
- Vos les avisaste que acá estaciono yo, Victor?
- Nein, mi fürer, ya les mando un sms. Unos desubicados.